…y la F1 llegó de nuevo al Circuit de Catalunya. Viene siendo un clásico asistir al menos a una de estas jornadas dónde se puede empezar a pronosticar –más o menos– por dónde irán los tiros esta temporada, pero esta no es la finalidad de mis periplos en el recinto. Los que tengan un poco de idea ya sabrán más o menos qué equipo seguirá estando en cabeza y cuál va a seguir sin acercarse al podio.
El año pasado pudimos disfrutar un par de días enteritos paseando por el paddock y la terraza ‘como Pedro por su casa‘, cruzándonos con periodistas, jefes de equipo y la mayoría de pilotos de la parrilla, pero este año no ha habido tanta suerte y nos hemos tenido que ‘conformar’ con verlo desde la terraza de boxes, tribuna VIP –que ni la pisamos– y un poco por el pit-lane.
En días como este se dispara una cantidad exagerada de fotos, con la técnica del barrido, del orden de unas 5 o 6 cada vez que pasa un coche. Pueden ser más o pueden ser menos, dependiendo de la ráfaga de la cámara, pero al rato de estar ahí se acumula un montón de material que después hay que revisar, y para que no sea tan tedioso, esta vez lo plantee diferente.
Con la técnica del barrido, para asegurar resultados satisfactorios, los años anteriores venía disparando con velocidades entre 1/160 y 1/320 según la situación, la focal, la trayectoria y demás, pero con los monoplazas pasando a unos 310 km/h en plena recta, esta vez decidí barrer a 1/100, velocidad suficientemente lenta como para saber que tendría que borrar fácilmente 3/4 partes –o más– de lo disparado, pero a cambio, obtendría una mayor sensación de velocidad en las pocas fotografías que sabía que iban a quedar aceptables, a parte de que la criba sería facilísima.
Así ha sido, he borrado una cantidad indecente de fotografías, pero aquí podéis ver las que han sobrevivido: