Primeros pasos en color

bitas portrait retrato

Adentrarse en el mundo del color es sinónimo de adentrarse en un mundo técnico, un mundo lleno de números, de siglas ininteligibles que parecen sacadas de algún libro de H.P. Lovecraft y también, un mundo lleno de gente incomprendida, más de uno tachado de sibarita y los peor parados quizá excluidos de ciertos círculos sociales –aunque no hay mal que por bien no venga-.

Introducirse en él puede parecer algo complejo y que nos llevará más dolores de cabeza que otra cosa, pero es que de nada sirve ser un master en crear HDR de esos que te hacen sangrar los ojos –por poner un ejemplo–  y dejar la gestión del color de la mano de dios, pudiendo gestionarlo bien y conseguir que, directamente, exploten los glóbulos oculares de los espectadores.

Bromas aparte, si el mundo de la fotografía no os parece suficientemente caro, lleno de cacharros y no habéis gastado suficiente, siempre podéis empezar a husmear el mundo del color. A vuestra cuenta bancaria –si aún no está en rojo– no le va a hacer puñetera gracia. Que si carta de blancos, de grises, de color, calibradores, perfiles icc, espacios, monitores ips con un espacio decente… aunque como no todo es gastar en esta vida, por suerte también hay mucha teoría, mucha técnica y saber hacer, que nos van a ayudar un poco a saber gestionarlo decentemente.

Hasta hace poco era de los que no le daba demasiada importancia al color, puede que sea porque me gusta mucho el blanco y negro o quizá porque directamente soy la peste diferenciando colores –me lo ha dicho este test, pero mi percepción del tema cambió gracias Hugo Rodríguez. Con él entendí lo importante que resulta este apartado para hacer las cosas como debe ser.

 

spyder4 pro

 

El primer paso era necesariamente buscar un calibrador para conseguir ver en pantalla los colores que realmente deberían verse, así que opté por un Spyder4, me gusta su forma –parece que tenga que salir volando en cualquier momento-, ya lo había probado antes de la mano del administrador de 60fotogramasvaya otro lince– y los resultados obtenidos fueron buenos.

La diferencia que supone tener o no tener el monitor bien calibrado puede llegar a ser algo abismal, por lo que es interesante volver a revisar algunas fotografías para ajustarlas correctamente. Esta prueba está hecha a ojímetro, pues una vez calibrado el monitor, lo que varía es la interpretación del color que nos ofrece, pero no los valores RGB de la fotografía en sí.

 

 

Obviamente no todos los monitores están igual de «desequilibrados», los hay que están mejor y otros peor, de hecho, el Benq GW2265 que uso como segundo monitor está mejor calibrado de serie que el Benq G2750 que utilizo como principal, pero esto es para que veais que podemos llegar a destrozar una fotografía sin ni siquiera enterarnos de lo que está pasando, además del follón que supone tener dos monitores y nunca saber a cuál hacerle caso.

Además de tener un monitor que reproduzca lo que debe reproducir –dentro de su espacio de color-, también debemos tener en cuenta asignar un perfil de color correcto a la fotografía para «traducir» los colores de un espacio a otro, según el uso que vayamos a darle, por ejemplo si vamos a imprimirla, a subirla a internet o a reproducirla en otros dispositivos.

Para que veáis gráficamente lo mucho que puede variar un espacio de color…

 

espacio color

 

El espacio ProPhoto es sin duda el más amplio de los que vemos aquí, el Adobe RGB es bastante más reducido, el sRGB que es el que usan los navegadores es menor aún y el CMYK es el perfil clásico de impresión en papel.

El asunto es que al tomar una fotografía se presupone que lo hacemos en Adobe RGB, después la pasamos al software de edición y según cuál usemos nos la puede mostrar en el mismo espacio o incluso en ProPhoto como es el caso de Lightroom. No vemos prácticamente cambios porque se van modificando automáticamente los valores RGB de la foto para adaptarse de uno a otro.

Pero, ¿qué pasa si tenemos una fotografía con un espacio de color como ProPhoto o Adobe RGB y la subimos tal cual, sin antes haberla convertido para visualizarla correctamente en internet? Pues pasa que como los valores no son los mismos para los colores en estos perfiles, se interpreta de diferente manera y la cosa puede variar bastante del resultado esperado, como aquí:

 

Lo mismo pasa cuando queremos pasar una fotografía a papel, debemos tener siempre presente la obligación de asignarle el perfil correcto de impresión, para conseguir una reproducción lo más acertada posible. Normalmente en un laboratorio profesional puedes acceder a sus perfiles  o puede que ellos mismos realicen la conversión, pero hay otros sitios que si les hablas de perfiles, como mucho te miran raro y se giran a unos 90 grados.

2 Comments

  1. Mario dice:

    Gran artículo Oriol, directo e informativo, desconocía el test de x-rite, pero es perfecto para echarse unas risas con algún colorista. Toda la razón en lo que comentas de los que se dedican al color, ya sea a la gestión o al etalonaje, en fotografía el colorista raramente es alguien que se dedica exclusivamente al revelado y a pasado a ser un «do it yourself», en vídeo dificilmente te puedes ganar la vida con esto (no digo que sea imposible) pero en general y sobretodo en este país parece que la figura del colorista está muy poco valorada.

    • Oriol Mas dice:

      Gracias Mario! La verdad es que lo encontré de rebote y ahora ya sé que veo menos que un gato de escayola 🙂 Sí es cierto que en este país está poco valorada, pero ya no nos debería sorprender nada de nada 😉

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