y como no puede ser de otra manera, una de mi preferencias es la de ‘jugar’ con el maravilloso mundo de las panorámicas esféricas y todo lo que puede ofrecer por el mismo precio, que para algo le he dedicado el porrón de horas que le he dedicado al asunto… Sí, ya sé que hay cámaras que con un disparo te dan la panorámica montada, sin complicaciones, pudiendo poner la cámara en todo tipo de lugares raros e inaccesibles (lo único bueno que le veo), no tienes que mover un dedo, ni entender nada de nada, ni romperte la cabeza para montarla, ni mil historias que pueden salir mal, pero no, eso no es lo mío ni por asomo…
Dame la manoooooo
Lo mío es complicarme la vida, montar los bártulos en medio de la carretera, oir el rugir de los coches que se acercan más rápido que tu dedo dándole al obturador, hacerlo todo manualmente, con la máxima calidad posible y entender y saber de principio a fin qué carajo estás haciendo y cuál va a ser el resultado final incluso antes de plantar el trípode. Después, en casa, una vez montada la panorámica y creado el ‘Little Planet‘ invertido, sólo te queda una sonrisa tonta y no sabes si es por la foto, por mis enormes pies de payaso, o por el agradable recuerdo de lo bien que lo pasamos esa tarde… Bueno, sí… lo sé, pero no os lo voy a contar 🙂