¿Por qué calibrar la cámara?

Calibrar la cámara es el proceso por el cual conseguimos la máxima fidelidad en la respuesta del color

 

La palabra calibrar puede llevar a pensar que este proceso requiera de equipos de alta tecnología o de desmontar la cámara bajo condiciones dignas de la NASA, pero no es para tanto, lo que hacemos realmente es crear un perfil de color que va a corregir las desviaciones de los colores que capta nuestra cámara, aunque eso sí, hay que ser muy fino para conseguirlo. Cabe destacar que ‘perfilar’ también puede ser una buena manera –incluso la mejor– de nombrar a este proceso.

 

Tenemos que partir de la base de que:

  • Todos los sensores son diferentes.
  • Cada cámara capta los colores de una manera distinta, aunque sean del mismo modelo.
  • No todos los colores son igual de fáciles –o difíciles– de captar.
  • Sólo es aplicable si disparamos en formato RAW.

 

Ya sabéis que el formato RAW es el ‘negativo’ de la fotografía, con toda la información posible y sin ningún tipo de configuración de cámara sobre él, por tanto, tampoco lleva asignado ningún perfil de color y esto es lo primero que deberíamos hacer al revelar una fotografía, asignar un perfil.

 

Si no hemos calibrado o perfilado la cámara, no queda otra que recurrir a los perfiles genéricos de Adobe o de Phase One –según el software que usemos– que son los que se aplican por defecto, pero que no son demasiado fieles a los colores reales.

 

Este es un ejemplo del resultado de asignar un perfil genérico o uno creado específicamente para la cámara.

 


 

 

La primera pregunta de todo este tinglado sería… ¿Y de qué me sirve calibrar la cámara?

 

La necesidad de tener que calibrar una cámara está presente en varios ámbitos de la fotografía, y muchos de ellos profesionales, sin duda, como todo lo relacionado con la reproducción de obras de arteel motivo por lo que me vi obligado a sumergirme en estos asuntos-, fotografía relacionada con la ciencia o incluso en diferentes ámbitos de la medicina, aunque también resulta muy útil en cosas –a priori– más simples como la fotografía de producto o cuando queremos vender cualquier cosa mediante e-Commerce.

 

¿Verdad que a nadie le gusta gastarse los duros por internet y recibir ese objeto de un color muy –o totalmente– diferente al que vieron en pantalla? Vale que si el comprador no tiene el monitor correctamente calibrado variará el resultado, pero de esta manera el vendedor habrá sido fiel al color de sus productos y sobre cualquier queja al respecto ya sabremos dónde está el problema.

 

Tampoco hay que dejarse engañar sobre la finalidad profesional de todo esto, se presupone que a cualquier fotógrafo debería siempre gustarle trabajar con la máxima fidelidad posible y con los colores reales del objeto, persona, atuendo, escena o lo que sea, por mucho que después, dependiendo del uso que vayamos a darle, nos lo carguemos todo con el uso de filtros o virados.

 

 

Una de las obras de Dyango, cantante al que también le apasiona pintar


 

Y la segunda… ¿Qué necesito?

 

Para poder calibrar un cámara lo único que necesitamos es una carta con parches de color para después crear el perfil correspondiente mediante software. En este apartado hay varias opciones, y hablaré un poco de mi experiencia…

 

Primero las Colorchecker de X-Rite. Son famosas por su versatilidad, con ella podemos crear balances de blancos en cámara, ajustarlos con un clic en revelado, sirve también de guía para una correcta exposición y cómo no, para crear un perfil de nuestra cámara con un software muy sencillo que va incluido.

 

Aunque la compré exclusivamente para calibrar la cámara, descubrí después que el perfil resultante de su software SÓLO funciona con programas de Adobealgo que me jodió profundamente ya que no uso ni LR ni ACR-, aun y así se ha convertido en un accesorio indispensable para usarla de referencia.



HiniColorchecker


IT8 EGM

 

En el otro lado de la balanza tenemos las cartas de color IT8 de EGM. Con sólo ver una y otra supongo que no hace falta decir el nivel precisión con el que trabajamos mediante estas cartas. Están diseñadas por Hugo Rodríguez e impresas en Laboratoris EGM de Barcelona.

 

Nacieron específicamente para este fin, calibrar cámaras de la manera más exhaustiva posible, utilizando muchos tipos de tonalidades y matices, repartidos uniformemente en toda la gama. En total son 264 parches de color y otros 24 que van de blanco a negro. También incluye una pequeña carta de referencia para ajustar la exposición y el balance de blancos pero los parches son diminutos no, lo siguiente.

 

En este caso crear un perfil es bastante más complicado que con la Colorchecker, pero el esfuerzo de iluminar uniformemente, evitar los brillos y el posterior revelado, compensa con saber que a partir de ese momento tendremos un perfil de color que hará que nuestra cámara capte los colores tal y como son en realidad.


Y por último una muestra de cómo se ven los parches de la Colorchecker desde los perfiles de las dos cartas cartas, aunque eso sí, reveladas en softwares distintos.

 

Puede gustar más o menos los resultados que nos ofrece un perfil u otro, la subjetividad no se puede medir, pero si en un encargo lo que necesitas es precisión de color, una IT8 es necesaria –o almenos alguna carta con más de 24 parches– para manejar 4,4 billones de colores.

 

Y si no te atreves a hacerlo tu mismo siempre puedes optar a que un profesional lo haga por ti, como en www.perfilesdecolor.com

 

Enlaces de interés:

Comprar Passport Colorchecker

Comprar IT8 EGM

Deja un comentario

error: Content is protected !!